Papín |
Papin nació en 1647 en Francia.
Empezó a estudiar la posibilidad de aprovechar la energía producida por el vapor de agua a presión.
En 1675 acudió a Londres para presentar los trabajos de su maestro ante la Royal Society, la sociedad que agrupaba a los científicos más importantes del país. Allí conoció a Robert Boyle, uno de los fundadores de la Royal Society, quien le propuso quedarse y colaborar con él.
Durante su estancia en Inglaterra, Papin desarrolló la primera olla a presión.
A medida que se calentaba el agua en la caldera, el vapor atrapado en la olla elevaba la temperatura de cocción a más de 100ºC , por encima incluso de la temperatura de ebullición del agua. Este vapor muy caliente cocinaba la comida mucho más rápido que los métodos usados en la época, y hasta los huesos se ablandaban.
En 1682, Papin hizo una demostración de su invento cocinando en él una comida para los miembros de la Royal Society y para Carlos II, rey de Inglaterra, amante de la ciencia y que había ayudado a fundar dicha sociedad.
A pesar de lo bien que salió la comida, la olla de Papin no prosperó. Es posible que su uso no estuviese perfeccionado todavía, y que fuese difícil controlar la presión de vapor de la olla, a pesar de la válvula de seguridad, con los riesgos que ello conllevaba. Tampoco sería muy fiable la robustez del recipiente, y hasta qué punto era capaz de soportar las altas presiones en su interior, sin que se rajase después de varios usos.
La primera olla a presión
un recipiente (B), hecho normalmente de latón, que se cerraba mediante una tapadera (C) y un tornillo (D) roscado en un soporte (F). El agua hervía en una pequeña caldera (A) en la parte inferior del aparato y el vapor se acumulaba en el interior del recipiente generando una elevada presión. El aparato contaba además con una válvula de seguridad (E), que se ajustaba mediante un peso (W) y la acción de una palanca (G), para evitar que la olla explotase en el caso de que la presión del vapor aumentara demasiado.
EL BARÓMETRO DE MERCURIO: TORRICELLI
Es un instrumento para medir la presión atmosférica; es decir, la fuerza por unidad de superficie ejercida por el peso de la atmósfera. Este fenómeno fue descubierto por Evangelista Torricelli, un físico y matemático italiano del siglo XVII de esos tiempos, se encontraban con el problema de que las bombas no podían extraer agua por encima de diez metros de su nivel natural.
Torricelli, tras la muerte de aquél, descubrió que el agua no ascendía atraída por este vacío, sino que era la presión normal del aire la que provocaba que ascendiese. Para comprobar su teoría, utilizó mercurio.
Para ello llenó un tubo de vidrio de 1,80 metros de longitud con mercurio, tapó el tubo y lo le dio la vuelta sumergiéndolo en un recipiente mayor con mercurio; entonces retiró el tapón del tubo, y pudo observar que de él escapaba parte del mercurio, pero se quedaba 76,2 centímetros de longitud. Además pudo comprobar que esa medición variaba de unos días a otros, por lo que interpretó que la atmósfera tenía presiones variables en el tiempo.
Este instrumento que sirvió para calcular la presión atmosférica, se le conoció como <<tubo de Toricelli>> o <<barómetro>>. La palabra barómetro proviene del griego <<baros>>, que significa peso, y <<métron>>, que es medida.